Fit6


5 de abril de 2018

Ayuno para perder peso. ¿Sí o No?

Ayuno para perder peso. ¿Sí o No?

Como saben, soy partidaria de lo que es orgánico y natural.

De llevar al ser humano a su estado puro, a su esencia.

De respetar nuestra naturaleza, la naturaleza humana.

Por eso, me han preguntado mucho sobre el ayuno, porque alguien que se encuadra en este ideal defiende el ayuno. Pero en nuestro programa no se aplica esta práctica.

Estamos hechos para pasar largos períodos sin comer. Si pensamos en nuestros antepasados, millones de años atrás, pasaban largos períodos sin hacer comidas.

Tenemos la capacidad de sobrevivir en estas condiciones. Tenemos los mecanismos metabólicos necesarios para gestionar nuestras reservas energéticas.

Lo que ocurrió con la evolución de la sociedad es que pasamos a tener fácil acceso a los alimentos. Ahora no necesitamos cazar para comer, ni esperar las cosechas agrícolas.

Hoy en día comemos a todas horas. Comemos cuando queremos, cuando tenemos hambre o ansiedad, porque es fiesta, porque sí. Siempre que nos apetece.

Esto va en contra de nuestra naturaleza, en contra de aquello para lo que hemos sido diseñados. Al final, acabamos por crear alguna dependencia energética.

Existen algunas repercusiones desde el punto de vista de la salud. Nuestro metabolismo no necesita usar reservas nunca (o casi nunca). Nuestra capacidad para gestionar las glucemias y la sensibilidad a la insulina acaban estando condicionadas… Y también hay consecuencias hormonales asociadas.

Cuando hacemos una dieta de adelgazamiento necesitamos reducir nuestras reservas energéticas, la masa grasa. Tenemos que conseguir que nuestro cuerpo queme grasas, y esto se consigue con la restricción de fuentes alimenticias de energía inmediata.

sensibilidad a la insulina acaban estando condicionadas… Y también hay consecuencias hormonales asociadas.

Cuando hacemos una dieta de adelgazamiento necesitamos reducir nuestras reservas energéticas, la masa grasa. Tenemos que conseguir que nuestro cuerpo queme grasas, y esto se consigue con la restricción de fuentes alimenticias de energía inmediata.

Pero, ¿qué pasa con nuestra hambre?

Si somos energéticamente dependientes de la alimentación, al retirar esas fuentes de energía sentimos cansancio extremo, irritabilidad y hambre. Mucha, mucha hambre.

Este es uno de los motivos por los que hacer dieta es tan difícil.

Por eso insisto en hacer comidas frecuentes y en la obligatoriedad de estas comidas. Porque sé que esto será muy útil para controlar el hambre en la fase inicial.

Además de esto, es mucho más difícil perder peso sin perjuicio de la masa magra cuando pasamos mucho tiempo sin comer.

Acabamos desregulados metabólicamente.

Por eso es mejor primero “arreglar la casa” y solo después “ajustar cuentas”.

FIT6 y el ayuno

Entonces, ¿por qué no se aplica el ayuno intermitente en este programa de pérdida de peso?

A mi entender, el ayuno no favorece en absoluto la pérdida de peso.

Cuando tenemos hambre, perdemos la conciencia durante la comida, es decir, comemos mucho más y mucho peor.

Asimismo, en un organismo desregulado, corremos el riesgo de que haya un aumento de la asimilación de la comida.

La prioridad es conseguir nuestro objetivo, cambiar nuestros hábitos alimenticios y reeducar el paladar y la mente. Después de eso, podemos pensar en la aplicación de este tipo de “trucos” para mantener un buen estado de salud.

Una vez conseguido nuestro objetivo, estamos en condiciones de recurrir a estas estrategias para mantener el equilibrio y disfrutar de sus ventajas (mejorar la sensibilidad a la insulina, favorecer el mantenimiento de peso y promover un sistema inmunológico más eficaz).